Vamos a tratar en esta entrada el agarre, elemento fundamental fase subacuática de la brazada, y vamos a hacerlo de la manera más fácil de entender. Esta fase de nuestra brazada la entenderemos siempre como una parte más del movimiento propulsor (coordinada con el movimiento de las piernas y del resto del cuerpo). Este movimiento es conveniente trabajarlo una vez tengamos una buena posición hidrodinámica en el agua para no malgastar energía. Empezaremos desde el principio olvidándonos de lo que sabemos hasta ahora. En lugar de hablar de la forma de S (viejo mito ya abandonado por muchos entrenadores) o de las cuatro fases tradicionales de la fase subacuática (agarre, tirón y empuje), vamos a intentar entenderlo a base de nuestras propias sensaciones y aspectos concretos en los que fijarnos para hacerlo realmente bien.

BUSCANDO SENSACIONES

Lo primero que debemos desterrar es la mentalidad de que hay que remar y empujar el agua hacia atrás; realmente no se trata de eso. Los grandes nadadores son los que consiguen sacar la palma de la mano aproximadamente en el mismo punto donde entró, de manera que ha avanzado todo el cuerpo sin la necesidad de que su brazo viaje hacia atrás. Una buena manera de conseguir tener las sensaciones que buscamos es visualizar el agarre como un apoyo que nos ayuda a desplazar nuestro cuerpo hacia adelante. Ese ha de ser nuestro primer punto de atención.

DANDO FORMA AL APOYO

Para conseguir el mejor apoyo necesitaremos posicionar nuestro antebrazo de manera que tengamos la máxima superficie de apoyo. Además trataremos de que la presión que ejercemos para apoyarnos la hagamos siempre en el sentido de nuestro movimiento, no hacia abajo sino hacia atrás. Es lo que habitualmente se le conoce como “codo alto” pero; ¿Cómo de alto?. Es preferible tratar de concentrarnos en llevar el brazo perpendicular al fondo o al sentido de nuestro avance para ganar el máximo apoyo que pensar en llevar ese “codo alto”

UNA VISUALIZACIÓN PARA ENTENDER MEJOR EL AGARRE

Una buena manera de conseguir adoptar la posición idónea del antebrazo es imaginar que bajo nuestro brazo tenemos una pelota de pilates;

1 En una primera fase apoyaríamos el brazo sobre la pelota.

2 En una segunda fase “agarraríamos» la pelota confirmeza posicionando el brazo de la mejor manera para conseguir ese máximo apoyo.

3 En una tercera fase presionaríamos la pelota tratando de que quede detrás nuestro en nuestra trayectoria, no hacia arriba o hacia abajo.

UN PAR DE EJERCICIOS

EJERCICIO DE POSICIONAMIENTO

Un buen ejercicio para aprender a posicionar nuestro brazo de la mejor manera es el siguiente;

Se trata únicamente de buscar en posición hidrodinámica o de máximo deslizamiento, el mejor agarre posible (la posición equivalente al paso 2 de la «visualización» anterior)

EJERCICIO DE NADO CON PUÑOS CERRADOS

Cuando nadamos con los puños cerrados, nos obligamos a «agarrar» con todo el antebrazo al carecer del apoyo de la palma de la mano

DE MENOS A MÁS

Es importante que el movimiento sea más pausado y con menor fuerza al principio ya que tenemos menos apoyo y en una primera fase, al tener el brazo estirado usamos los músculos más pequeños, además si no lo tenemos bien posicionado estaremos haciendo fuerza hacia abajo. Una vez bien posicionados es cuando nos tenemos que agarrar firmemente ayudándonos de los musculos más grandes y del giro de nuestra cadera para lanzarnos hacia adelante.

 

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