alma_primeros_pasosMás o menos a los catorce meses de nacer fue cuando mi hija empezó a andar sola, el brillo en sus ojos demostraba ser una de las experiencias más emocionantes y gratificantes de su vida, también lo es en la vida de cualquiera ser humano aunque no nos acordemos. El hecho de pasar de no poder desplazarnos sin ayuda a hacerlo por uno mismo es un paso gigante en nuestra evolución pero no solo en tierra firme, en el agua también. El siguiente escalón en esa evolución sería imprimir velocidad y poco a poco empezar a correr, este paso también puede ser fascinante aunque nunca tanto como el paso anterior.

En el agua, como en tierra firme, aprender a nadar requiere empezar primero aprendiendo a “andar”, a movernos de una manera eficiente y eficaz aunque sea a baja velocidad, para conseguirlo hay que seguir unas directrices y aprender unas bases, una vez las tengamos ya nos podemos plantear el siguiente reto; correr. Adelantar el proceso no es eficaz, los trompazos que se da un niño cuando intenta ir más rápido sin aun saber andar bien serían equivalentes al agobio y a la frustración que se produce en nadadores que intentan ir demasiado rápido o alcanzar unos tiempos determinados sin tener esa mínima base asentada, los niños lo entienden y se frenan o llevan mas cuidado, algunos nadadores no y ello les suele producir una frustración que les lleva a abandonar la natación.

CUANTO TIEMPO TARDAMOS EN APRENDER

Para un nadador sin base alguna, un primer paso en el proceso de aprendizaje de la natación puede llevar entre 6 meses y un año o incluso más, dependiendo claro de la dedicación. En esta fase conviene trabajar la técnica únicamente, olvidándonos de ir más rápido o recorrer mucha distancia. Una vez asimilada esa base técnica, se requiere de otro período que puede ser de similar duración en el que se trate de mantener esa base técnica durante unos recorridos cada vez mayores. Cuanto mejor sea nuestra técnica, mayores distancias seremos capaces de nadar sin apenas esfuerzo. Tras estas fases y cuando ya sabemos “andar” y hacerlo recorriendo ya cierta distancia, podemos empezar a pensar en correr si ese es nuestro objetivo, para ello ya podremos añadir entrenamientos de velocidad a nuestras sesiones.

Pero disfrutemos como siempre del proceso, y disfrutemos de esa etapa en la que nadamos “andando”, no hacerlo es un error porque probablemente será la más satisfactoria de nuestro camino. Esta etapa es una fase en la que no hay apenas esfuerzo físico, más bien hay un esfuerzo de cuerpo-mente para implantar la técnica básica que resulta muy gratificante si la metodología de aprendizaje es la correcta, la curva de aprendizaje es muy alta y por lo tanto se obtiene retroalimentación positiva constante y desde el primer momento.

Una vez aprendemos a nadar con lo que sería el equivalente a andar lo habremos aprendido para siempre y nos servirá para nadar fácilmente largas distancias, igual que hacemos andando, con ello estaremos alcanzando ya el verdadero propósito de la natación; disfrutar.