Reducir brazadas puede ser muy beneficioso para nuestro estilo libre en natación pero tampoco ha de ser un fin en sí mismo, sino una consecuencia de nuestra mejora además de una manera de conocer y evaluar nuestro nivel técnico. Habitualmente cuando alguien tiene deficiencias técnicas hace muchas más brazadas de las que debería. En otra entrada ya tratamos el número de brazadas ideal de cada nadador en función de su altura para tener una referencia y un objetivo con el que trabajar. En esta entrada vamos a analizar los beneficios de trabajar una brazada más larga a través de una serie de ejercicios. El objetivo de estos no es aprender a nadar con el número mínimo de brazadas sino trabajar ciertos aspectos técnicos que favorecerán nuestra técnica y nos ayudarán a nadar con un menor número de brazadas.

Ejercicio de las mínimas brazadas

Se trata de nadar un largo de la piscina haciendo las mínimas brazadas posibles. Más que conseguirlo a base de sobredeslizar, deberemos buscar la postura más hidrodinámica y la mayor estabilidad para que el agua nos ofrezca la mínima resistencia a nuestro paso sin perder del todo el ritmo.

Cuanto más practiquemos mejor nos saldrá y más brazadas “ahorraremos”. Realizando este ejercicio, incluso aunque acabemos estirando de más nuestra brazada y alargando el deslizamiento (acción que hay que evitar al nadar “normal”), estaremos trabajando esa posición más hidrodinámica y ejercitaremos la estabilidad y el equilibrio a bajas velocidades para trasladarlo luego a nuestro estilo a una mayor velocidad.

Reducción de brazadas en pirámide

Se trata de realizar 5 rondas de 2x 25 empezando con un número “N de brazadas, este será el número de brazadas que nos salga nadando a un ritmo medio, habremos de contar el número de brazadas para obtenerlo. En la siguiente ronda reduciremos una brazada y una más en la tercera, la cuarta volveremos a hacerla igual que la segunda y acabaremos con ese número “N” inicial. Cada ronda la haremos descansando lo suficiente para cumplir con el número de brazadas indicado y mantendremos el nado fluido y rítmico, no haremos pausas para que salga ese número de brazadas menor.

1 – 2. Nadar con energía pero sin prisas, Contar las brazadas, el número será “N”

3 – 4. Nadar con una brazada menos por largo o N – 1.

5 – 6. Nadar con N – 2

7 – 8. Nadar con N – 1

9 – 10. Nadar con N

Al final del ejercicio, comparando los 2×25 finales con los 2×25 iniciales, lo normal es que hayamos sido más rápidos en la última serie que en la primera, si no lo es, probablemente hayamos nadado demasiado rápido en los dos primeros y se haya aprovechado en exceso el hecho de ir más fresco nada más empezar. El ejercicio también nos puede servir para darnos cuenta de cuál es nuestra combinación de velocidad y esfuerzo adecuada.

De menos a más brazadas en escalera

Nadaremos primero 100 fáciles, contando brazadas. la media de las brazadas por largo (BPL) será el número “N” que utilizaremos para hacer el ejercicio.

Nadaremos 5 rondas de 2 x 25 con los conteos de brazada indicados, descansando lo necesario entre largos para conseguir el objetivo.

1 – 2. N-2 brazadas por largo.

3 – 4. N-1 BPL

5 – 6. N BPL

7 – 8. N+1 BPL

9 – 10 N+2 BPL

El ejercicio nos ayudará a aumentar el ritmo manteniendo una brazada larga y eficiente.

Practicando estos ejercicios conseguiremos menos pero sobre todo mejores brazadas.