Es innegable que existe de un tiempo a esta parte un auge en la práctica de los deportes aeróbicos; la natación, el running o el triatlón son un claro ejemplo de ello. El aumento de las inscripciones en carreras populares (a pesar de que cada vez son más caras), o el aumento de licencias federativas son un claro ejemplo de ello.
A diferencia de otros deportes como el baloncesto, fútbol, tenis, etc.. en los que la afición se crea a raíz de una serie de ídolos deportivos que consiguen que algunos se aficione a esos deportes (otros sólo los siguen por la tele) en estos deportes aeróbicos no ocurre eso, más bien lo contrario, a raíz de nadar alguno se interesa por los nadadores en las olimpiadas y otros no, solo nadan. La afición a estos deportes se crea de manera espontánea y/o casi por “contagio”, es por ello que el responsable de que esto se haya disparado es cualquiera que haya decidido practicar estos deportes aunque hay un perfil de deportista que es el que más abunda y es por tanto el principal responsable.
Antiguamente estos deportes como la natación o el triatlón eran únicamente practicados por deportistas de toda la vida, atletas que desde bien pequeños se habían introducido y competido en estos deportes, esto hacía de esos deportes algo minoritario. Pero el gran cambio se dio cuando empezó a apuntarse la gente ajena a estos deportes, gente normal cuyos trabajos no tienen que ver con el deporte, gente que tiene familias, obligaciones, poco tiempo y que a pesar de ello tienen la determinación de dedicar un rato a esto del deporte casi todos los días. Estos valientes deportistas tienen mucho mérito, si lo pensamos bien tienen incluso más que los atletas que viven de esto ya que a ellos el deporte no les da de comer y aun así lo hacen en muchos casos con igual o más empeño en el tiempo que le pueden dedicar . Ellos son los principales responsables del éxito que hoy en día tienen estos deportes y así hay que reconocerlo.
Por desgracia aún es habitual encontrar algunos entrenadores cuya única preocupación es el atleta de élite o aquellos que compiten con un nivel muy alto, tanto es así que incluso extrapolan entrenamientos al resto de deportistas y plantean unos entrenamientos poco aconsejables para los deportistas que no tienen ni tanto nivel, ni tanto tiempo.
Personalmente como entrenador de triatlón y natación, este tipo de gente me parece el más interesante, cada uno de ellos tiene unos objetivos, unas motivaciones y un nivel distinto y merecen un entrenamiento que se adapte a sus circunstancias y no les haga abandonar ese deporte que tan acertadamente han introducido en su día a día. Conseguir motivar y hacer cumplir sus objetivos a estos deportistas me parece tan gratificante como guiar a un atleta olímpico hacia la medalla.
Que razón tienes. La verdad es que siempre en el deporte nos guía el poder triunfar (sobre todo en los niños y adolescentes) cuando en realidad lo agradable es la satisfacción personal. Yo hablo con alegría de saber que mis hijos todos practican deporte, pero eso si, con buenos monitores para hacerlo bien y ser felices en lo que les gusta.
Totalmente de acuerdo Carmen, mas que triunfar, lo mejor del deporte es esa satisfacción personal de aprender y mejorar cada día. Un abrazo!