Nuestra tendencia natural es la de pelearnos contra el agua. Instintivamente cuando alguien que no sabe nadar se lanza al agua, lo que trata de hacer es sacar la cabeza a toda prisa para poder respirar y no morir ahogado, para ello mueve piernas y brazos rápidamente pero cuanto más saque la cabeza del agua, más se hunde el resto del cuerpo por mucha fuerza y rapidez con la que se muevan las articulaciones así que si nadie hace algo el agotamiento desencadenará lo inevitable, eso sí, una vez una vez sin vida el cuerpo vuelve a la superficie por los gases generados en la descomposición del mismo, pero ya no vale para nada, el agua ya ha ganado.
Hombre contra agua
Pero no solo luchan contra el agua aquellos que saben nadar, muchos nadadores también. Aunque sin riesgo de ahogamiento a corto plazo, un nadador con ideas equivocadas también tiene las de perder en la batalla contra el agua.
Una planteamiento erróneo en natación al estilo crol es tratar de mantenerse a toda costa sobre la superficie, cuando esto es misión imposible o por lo menos
mantenernos en la superficie permanentemente. De manera natural dependiendo de la flotabilidad de cada uno y del aire en nuestros pulmones, suele asomar por encima de la superficie entre un 5-6% de nuestro cuerpo, sin realizar grandes esfuerzos y en son de paz no vamos a conseguir más que eso. Si por el contrario decidimos pelear, con mucho trabajo físico si se puede aguantar más tiempo “arriba” pero tarde o temprano la batalla se pierde.
Otro planteamiento erróneo es atizarle mucho y fuerte al agua para ir más rápido, para un nadador sin un mínimo de técnica esto no vale para nada. Una frecuencia de brazada alta no garantiza mayor velocidad si reducimos la longitud de brazada. Pegándole fuerte al agua lo que conseguimos es que cada una de nuestras brazadas sea más corta y perdemos más por ese acortamiento que lo que se pueda ganar moviendo los brazos a toda velocidad.
Este vídeo casero en el que dos futbolistas españoles internacionales se “retan” a una carrera es un claro ejemplo de que la frecuencia y la fuerza valen para poco. El nadador de arriba (Xabi Alonso) hace unas 22-23 brazadas mientras que el de abajo (Dani Carvajal) hace más de 30. El nadador que más pelea pierde. Hacer fuerza cual ”batidora” no resulta efectiva.
En este otro simpático vídeo, el hombre más veloz del mundo, el jamaicano Usain Bolt, demuestra siempre le cuesta un poco más vencer al agua que al viento, la densidad del agua, 870 veces mayor que la del aire no le ayuda.
Batalla perdida
La batalla está perdida, el agua siempre gana, por lo que la solución está en la popular decisión de “si no puedes con tu enemigo, únete a él” o incluso mejor enfocado en la frase de Nelson Mandela “Si quieres hacer las paces con tu enemigo, tienes que trabajar con tu enemigo. Entonces él se vuelve tu compañero”.
Hombre & Agua
Así es, debemos colaborar con el agua, esto es Inmersión Total. Dado que no es posible mantener nuestro cuerpo sobre el agua tratemos de desplazarnos a través de ella, de esta manera, el agua nos facilita las cosas. Dejando hundido el volumen de nuestro cuerpo que de manera natural tenemos bajo el agua, será todo mucho más fácil.
En esa colaboración también hemos de preocuparnos en no molestar al agua, cuantas más turbulencias creemos, las diferencias de presión y efectos de succión nos generarán más resistencia, así que trataremos de eliminarlas al máximo.
Posicionemos nuestro cuerpo en el agua, el agua nos opondrá la mínima resistencia a nuestro paso si posicionamos nuestro cuerpo con la mejor hidrodinámica. Hemos de tener una postura recta y horizontal, nuestros movimientos han de ser mínimos, de esta manera lo conseguiremos.
Saquemos ventaja de las propiedades que nos ofrece un el agua como su densidad, mucho mayor a la del aire. Adaptemos nuestra fuerza de agarre en la fase subacuática de la brazada a la oposición que nos ofrece la densidad del agua, no más. La palma de la mano debe salir en donde entró. Usemos también nuestro antebrazo para tener más superficie de apoyo y aprovechemos aún más esta densidad.
En nuestros cursos de Total Immersion te enseñamos con más detalle como dejar de pelear y empezar a colaborar con el agua.