La metodología Kaizen (continua mejora) habitualmente se ha asociado a procesos empresariales en los que se trata de ir siempre mejorando algo para ir creciendo, aunque sea poco a poco.
En natación la filosofía ha de ser la misma. Nadar haciendo metros y metros sin ningún objetivo no lleva a ningún sitio sino que por el contrario hará que caigamos en el aburrimiento y que mantengamos un estado de mediocridad permanente.
Lo que nos hará disfrutar de la natación es tratar de mejorar en cada sesión.
Hemos de ser nadadores «Kaizen».
Debemos de tratar de mejorar nuestro estilo en cada sesión ya sea con el entrenamiento centrándonos en ciertos aspectos técnicos a corregir (puntos de atención), haciendo ejercicios para implantar la técnica adecuada o tratando de mantener o ganar longitud de brazada al tiempo que vamos aumentando el ritmo.
Tal vez unas veces no nos salga nada, puede que sean muchas, pero solo perseverando se consiguen objetivos.
El éxito en la natación (como en cualquier otro aspecto de la vida) no es el resultado del talento innato, sino que se consigue a base de una serie de actitudes y hábitos seguidos de constancia y disciplina.
El proceso de continua mejora o Kaizen no acaba nunca, así es mejor.
AÑADIENDO METAS
Siempre hay margen de mejora aunque en el camino vayamos consiguiendo metas parciales como; acabar una travesía , nadar en la piscina de al lado de casa sin asfixiarnos cada dos largos, alcanzar tiempos soñados en el segmento de natación de un triatlón o nadar largos ratos en el mar cuando vayamos a la playa.
Una vez consigamos esas metas nos pondremos otras y seguiremos alcanzándolas.
Mirando atrás, nos daremos cuenta de que cuando realmente hemos disfrutado no ha sido cuando alcanzamos esas metas, sino en ese proceso de continua mejora tratando de alcanzarlas.