El mundial de natación celebrado en Kazán ha tenido muchos protagonistas, Katie Ledecky sigue demostrando estar a un nivel superior, Sun Yang también sigue estando por encima del resto a pesar de su inesperada ausencia en el 1500, e incluso una nadadora de 10 años, Alzain Tareq, fué también protagonista al competir en 50 mariposa dadas las normas de la FINA que no establece límites de edad.
Pero alguien que no compitió y al que a todo el mundo le hubiese gustado ver allí, se convirtió en inesperado protagonista. A pesar de que sobré él pesaba una sanción por conducir ebrio en su país que le impidió estar en Kazán, Michael Phelps fue noticia desde San Antonio (Texas) por conseguir por batir tres marcas mundiales del año, marcas con las cuales se hubiese alzado con sendos triunfos en la tercera capital de Rusia.
En el 100 mariposa, Phelps paró el crono en 50.45 segundos, mejorando la marca con la que el sudafricano Chad le Clos se proclamaba campeón del mundo en Rusia (50.56). En 200 mariposa el tiempo que consiguió fue de 1:52.94 segundos, marca con la que se habría alzado con el oro en Kazán dado que el vencedor Laszlo Cseh, se quedó en 1:53.48 en la final del miércoles. También en el 200 estilos su tiempo de 1:54.75 le hubiese valido para batir a su compatriota y actual récord del mundo de la especialidad Ryan Lochte que ganó la medalla de oro con un tiempo de 1:55.81
El nadador con los 30 ya cumplidos y tras interrumpir por un tiempo su entrenamiento y protagonizar algún que otro escándalo alimentando al sensacionalismo estadounidense, vuelve para demostrar que el físico se puede resentir por la edad y la falta de entrenamiento, pero el talento no se pierde tan fácilmente.
Terry Laughlin, fundador de Total Immersion una vez me comentó que Michael nunca fue el más fuerte físicamente de sus compañeros nadadores en sus comienzos. En su época dorada si lo vimos alcanzar un físico formidable a la altura de sus competidores, pero se impuso a ellos a través de lo que estos no alcanzarían; la técnica y el talento. Michael puede volver a tirar de sus armas de nuevo para volver a batir sus propios récords en las próximas olimpiadas, demostrándonos de nuevo que el físico no lo es todo en natación, lo cual engrandece aún más a este deporte.
La sombra del Tiburón de Baltimore merodeó por las piscinas de Kazán y volverá de nuevo.