NATACIÓN CONSCIENTE
Al movernos en tierra firme y realizar cualquier movimiento habitual que pretendamos realizar, no somos conscientes del mismo, nuestro cerebro da la orden y el cuerpo los ejecuta, casi sin que prestemos atención. Generalmente esto ocurre con actividades cotidianas como andar, sentarnos, correr, etc.., tenemos los movimientos tan aprendidos que no es necesario pensarlos. Pero cuando nos disponemos a realizar actividades con las que no estamos tan habituados la cosa se complica, hay que prestar atención a lo que estamos haciendo si no, no saldrá bien, debemos de practicar conscientemente.
Acercar un vaso de agua a la boca para beber de él lo hacemos de manera inconsciente (a veces demasiado inconsciente cuando se trata de cerveza), pero si ese vaso está lleno a rebosar, deberemos prestar atención y concentrarnos en el movimiento si no queremos derramar su contenido, si esto ocurre significará que algo hemos hecho mal.
Cualquier actividad física requiere de un aprendizaje de movimientos conscientes, incluso en las actividades que concedan una importancia máxima a la fuerza bruta y que dependan en gran medida del esfuerzo para conseguir resultados también se le ha de prestar importancia al hecho de aprender a realizar los movimientos de la mejor manera, no solo para buscar la eficiencia, sino también para evitar lesiones.
La natación, requiere aún en mayor medida de ese aprendizaje consciente de los movimientos, pues además de tratarse de un deporte muy técnico, se realiza en un entorno en el que no estamos habituados. En el agua tenemos que esforzarnos más para poder tomar conciencia de lo que hacemos, y no solamente hemos de pensar en el gesto, habremos de repetirlo una y otra vez conscientemente para que nos acabe saliendo de manera inconsciente.
COMO HACERLO
Lo primero que tenemos que trabajar es aprender a pensar en nuestros movimientos, hemos de conseguir ser conscientes de lo que estamos haciendo, esto que parece sencillo no lo es tanto ya que estamos acostumbrados a movernos sin ser prestar atención a esos movimientos de nuestro cuerpo. Una vez que sabemos lo que hacemos, habrá que saber que tenemos que hacer y tratar de hacerlo bien.
Cuando nos concentramos en realizar un movimiento de una determinada manera, hay más posibilidades de que lo ejecutemos bien, así, en nuestra enseñanza de la natación con nuestra metodología de NadarBien© utilizamos los “puntos de atención” que nos permiten concentrarnos en un aspecto concreto (no más de uno al mismo tiempo) para conseguir realizarlo correctamente y aprenderlo a base de repetición, es igual que cuando los niños aprenden a hacer ciertos movimientos, primero los han de pensar y a base de realizarlos una y otra vez jugando acaban dominándolos.
Una vez trabajamos cada pequeña pieza del puzle que es nuestro movimiento en el agua, pasaremos a realizar otro y otro y así sucesivamente hasta que consigamos implantar con fluidez cada movimiento en nuestro estilo de manera que cada movimiento correlativo se fusione con el siguiente, existiendo un momento en que se inicia y otro en que acaba y los puntos de unión se difuminan y los movimientos que ser realicen a la vez se coordinen como las piezas de un reloj de gran precisión.
COMO AUTOEVALUAR NUESTROS MOVIMIENTOS
Volviendo al ejemplo anterior del vaso, cuando derramamos el contenido nos estamos informando de que estamos realizando mal el movimiento. En natación, el indicador de que estamos haciendo mal los movimientos es la eficiencia, si nuestros movimientos no consiguen el objetivo de desplazarnos aprovechando al máximo nuestro esfuerzo, debemos trabajar de manera consciente para hacerlo mejor.
PRACTICAR Y PRACTICAR
Como ejemplo de lo que es una práctica consciente vamos a proponer tres ejercicios.
El primero tiene que ver con el recobro y haremos dos series de 50 m. En los primeros 25 de la primera serie únicamente pensaremos en que es lo que hace nuestro brazo en la fase de recobro o aérea de la brazada, en los siguientes 25 trataremos de realizar el recobro con el antebrazo totalmente relajado hasta que la punta de los dedos toquen el agua. En la siguiente serie haremos los 50 pensando lo mismo.
En el segundo trabajaremos la posición de la cabeza también con dos series de 50 m. En los primeros 25 de la primera serie únicamente tomaremos conciencia de la posición de nuestra cabeza al realizar todos los movimientos que hacemos nadando, nos daremos cuenta si gira con el resto del cuerpo al realizar el rolido o si la movemos hacia arriba en lugar de hacia el lado en el momento de respirar, en los siguientes 25 trataremos de dejarla inmóvil siempre mirando hacia abajo, únicamente girará hacia un lado en el momento de respirar. En la siguiente serie haremos los 50 pensando lo mismo.
En el tercero trabajaremos la patada, volveremos a hacer dos series de 50 m. En los primeros 25 de la primera serie, únicamente pensaremos en como realizamos el batido de piernas, en los siguientes 25 trataremos de realizar ese batido con un movimiento corto pero efectivo buscando apoyos con el empeine y tratando de apuntar con los dedos del pie hacia atrás en lugar de hacia el fondo de la piscina. En la siguiente serie haremos los 50 pensando lo mismo.
La Práctica consciente además de ser más beneficiosa que el ejercicio físico sin más, es lo que nos llevará a mejorar en natación así que ánimo y a disfrutar de esa práctica consciente.
Gracias de nuevo Bernardo por tus consejos y ejercicios.Lo del Puzzle es muy grafico y constructivo en la mejora del nado.Saludos!!
A
Atte. Marcos y Maria.
Me parece muy acertado lo de pensar lo que estas haciendo también en la natación: así conseguiremos progresar en el aprendizaje y de paso vivir con intensidad, momento a momento, aquí y ahora, cada instante de nuestra vida.
Hay que entrenar mucho la concentración para estar centrados en los puntos de atención que queramos mejorar, al menos en distancias medias/largas.
La mente es muy volátil, y enseguida se empieza a nadar en modo «automátco» pensando cualquier cosa que nos venga a la mente
Se que lo has practicado, pero además se nota con tu comentario. Requiere gran esfuerzo sí, y es fácil caer en ese modo automático, pero merece la pena no solo por mejorar nuestro estilo ¡sino también nuestra salud!, hay casi unanimidad en psicólogos y medicos en que trabajar la atención plena y mas en una actividad en la que se involucra cuerpo y mente mejora nuestra salud y nuestra cabeza «envejece» mejor.