Hace unos días recibí un mensaje de Manolo alumno de uno de mis cursos, para comentarme que en cuestión de horas, iba a acompañar en la embarcación de apoyo a Manu, también alumno del curso, a cruzar el estrecho de Gibraltar a nado. En el curso al que acudieron ambos, Manu ya me comentó esa posibilidad y no dudé ni un momento de que lo conseguiría, tenía esa mirada del que sabes que seguro va a poner todo su esfuerzo e ilusión en algo, así no habría nada ni nadie que lo parase. Tras hablar con él, antes y después de conseguirlo, le pedí que transcribiese su experiencia para difundirla en este blog, porque resultaría inspirador para cualquiera.

Manu no es nadador profesional, ni nunca lo fué, tampoco compitió de pequeñito. Manu empezó a nadar relativamente tarde, como la gran mayoría de nadadores que acuden a disfrutar de este gran deporte en las piscinas en cualquier lugar del mundo, algo que es una desventaja pero nunca una limitación. Un día dió con la “tecla de la técnica” y con su esfuerzo y apoyo de los suyos consiguió su objetivo.

Esta es su historia contada por él mismo;

CRONICA DEL CRUCE A NADO DEL ESTRECHO DE GIBRALTAR 19/09/2017

Me llamo Manu García, tengo 43 años y vivo en Salteras (Sevilla).

Llevo nadando desde los veintiocho años aproximadamente con el único objetivo de practicar algo de deporte. Llegué al mundo de la natación de la mano de Manolo Vega, cuñado mío, quien es un apasionado de este deporte y practica desde 1991. 

Hace un par de años y por casualidad, vicheando en Internet dí con un pdf de INMERSION TOTAL, libro escrito por Terry Laughlin, entrenador de natación. Tanto mi cuñado como yo lo leímos y comentándolo llegamos a la conclusión de que todo lo escrito tenía sentido, si bien rompía con los esquemas de la enseñanza tradicional de la natación. Nuestra curiosidad nos llevó a buscar información y dimos con los videos que hay colgados en youtube, empezando a aplicar lo que en aquel libro se decía, abriéndose un nuevo campo que hasta aquél momento desconocíamos, lo que nos llevó en enero de 2016 a asistir un fin de semana al curso de TOTAL INMERSION que Bernardo Blanco impartió en Villaviciosa de Odón (Madrid). Este fue mi punto de inflexión y a partir de eso momento, cambió radicalmente mi manera de entender y practicar la natación. Se abrió un mundo hasta ese momento desconocido para mí, empecé a nadar mucho más fluido y relajado, con menos brazadas y a mayor velocidad. Yo hasta ese momento nadaba aproximadamente 2.500 metros a una media de 20’ el km. Hoy, un año y ocho meses después, nado cómodamente distancias largas haciendo el km en 16’ 30”, manteniendo 17 brazadas por largo. He participado en varias travesías de 8, 10, 12 km, y el pasado 19 de septiembre crucé a nado el Estrecho de Gibraltar.

En plena «faena»

Fue en julio del pasado año cuando me confirmaron desde la ACNEG (Asociación Cruce a Nado Estrecho de Gibraltar) que tenía plaza para realizar el cruce. Se unieron a mí en esta aventura tres socios del Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla, y busqué la ayuda de un nutricionista deportivo que me ayudó a perder 22 kg que se sobraban y de Sergio García Sarmiento, entrenador nacional de natación que entrena al Club Natación de Sanlucar de Barrameda y que desde la distancia programó mis entrenamientos semanales durante todos estos meses, y que a la postre serían necesarios para seguir mejorando tiempos y adquirir mayor resistencia, siempre con la filosofía TI, para afrontar con las máximas garantías posibles el cruce a del Estrecho.

Tras la incertidumbre lógica de los días previos, sin que se pudiera determinar el día que nadaríamos por las condiciones meteorológicas, el pasado martes 19 de septiembre, a las nueve horas y cuatro minutos empezó la aventura. Momentos previos el patrón del barco que nos marcaría el rumbo del cruce, nos comentó que durante la primera hora no podíamos parar bajo ningún concepto y que además debíamos marcar un ritmo fuerte porque había bastante oleaje y corriente en contra que nos empujaría contra la costa, ya que aun no se había producido la pleamar, también nos dijo que debíamos nadar compactos, como una piña, para que no tuvieran que reagruparnos y no perder tiempo, y por último que los avituallamientos que teníamos previsto cada 45’ a partir de la primera hora, debían ser muy rápidos para evitar que la deriva nos arrastrara y no obligara a corregir rumbo y nadar más k.

No nos salimos del guión marcado, y 3h y 50’ después llagamos a Punta Cires (Marruecos), cubriendo una distancia total de 15km 800 m.

Reto conseguido

Sin lugar a dudas a nivel deportivo ha sido la mayor experiencia que haya tenido nunca, el reto en sí no es cruzar a nado el Estrecho, es prepararte durante 14 meses en mi caso, para el día que te toca tirare al agua en Tarifa, y por tus propios medios llegar nadando hasta Marruecos sin ayuda externa, a excepción del avituallamiento. Han sido meses de sacrificio, constancia y disciplina, pero sin lugar ha dudas han merecido la pena porque he disfrutado de la natación como no lo había hecho nunca. Yo desde aquí, animo a todas las personas que se marquen retos que a priori pudieran parecer no estar a su alcance, y que pongan todos los medios necesarios para llegar a la meta, porque cuando lo hagan, y como me dijeron a mí, tocarán el cielo.

Manu (2º desde la izquierda) con unos cuantos kilos menos que cuando lo conocí

El Estrecho de Gibraltar a nado no es una travesía más, tiene una serie de connotaciones que la hacen diferente, como son el entorno donde confluyen el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo, la fauna marina que es rica y diversa, además es la unión de dos continentes, dos países, dos culturas, etc… 

Hemos tenido la oportunidad de colaborar con la Asociación Andaluza de Fibrosis Quística, que es una enfermedad degenerativa, genética y potencialmente mortal que no tiene cura, y que afecta al sistema respiratorio y digestivo, dándole visibilidad a la enfermedad usando como hilo conductor nuestro propio reto deportivo. A través del deporte puedes llegar a cualquier parte, y le da mucho más sentido a tu propio esfuerzo personal, porque sabes que estás ayudando a otras personas que lo necesitan. En este caso y desgraciadamente, no podemos cambiar el rumbo de la enfermedad, pero lo que si hemos hecho, gracias a la ayuda de entidades privadas, Ayuntamiento de Sevilla, medios de comunicación, prensa, radio, televisión local de Sanlucar de Barrameda, Canal Sur TV, y de muchísimas personas anónimas que han ayudado tanto económicamente como en la difusión a través de las redes sociales, es hacérsela un poco más llevadera tanto a los enfermos como a sus familiares. 

Nos vemos en el agua y no dejéis nunca de buscar la eficiencia de vuestro nado, porque en mi caso, me motiva diariamente a seguir entrenando.

Una saludo.” – Manu García Díaz

Si Manu pudo alcanzar su objetivo, tú también puedes, ya sea el Estrecho de Gibraltar a nado o cualquier otro. La lección es clara; creerlo firmemente es el primer paso para lograrlo, luego toca el esfuerzo, pero siempre disfrutándolo día a día.

Con Manolo y Manu en Enero de 2016