Aunque el título de esta entrada es algo que tenemos bastante claro muchos nadadores que amamos y disfrutamos este deporte, el pensamiento de que son necesarias altas dosis de sufrimiento en los entrenamientos resulta por desgracia bastante habitual.

Es una pena, porque la natación es un deporte perfecto para disfrutar, si se quiere se puede sufrir, pero no es en absoluto necesario ni es algo implícito en la natación, como muchos nos han tratado y nos tratan de hacer creer.

Los nadadores sufridores

Existe un amplio porcentaje de nadadores que dan por hecho que la natación es sufrimiento;

Por un lado están aquellos nadadores que debido a un mal enfoque de este deporte y debido a su evidente falta de técnica, consideran la natación como algo cansado y aburrido que consiste en hacer largos y largos para poder obtener los beneficios indudables de la práctica de un deporte sufrido pero sin lesiones.

Es habitual ver a muchos nadadores en las piscinas con mp3 acuáticos para no aburrirse mientras nadan. También suelen resoplar antes de empezar a nadar, y tienen gestos de sentirse aliviados cuando terminan, pues ya han obtenido esa buena sensación que te deja nadar un rato y que es la única recompensa que reciben por el trabajo realizado.

Estos nadadores nunca mejorarán y lo normal es que acaben dejando de nadar o nadando únicamente cuando no tengan más remedio que afrontar el hecho de que han de hacerlo por su salud (es el deporte anti-lesión que todo médico recomienda).

Por otro lado también están los nadadores que compiten a nivel amateur ya sea en competiciones de masters o triatlón y que pese a carecer de la suficiente técnica para disfrutar, realizan duras rutinas de entrenamiento con el único propósito de restarle unos segundos a sus marcas tratando de ser mejores que los demás.

Entrenar duro y hacer series a altas pulsaciones cuando no se ha adquirido el suficiente nivel técnico lo único que produce es aumentar la frecuencia de brazada, reducir la longitud de brazada y llegar incluso a nadar más lento (ver la fórmula de la natación) con la consiguiente frustración y sufrimiento.

También podríamos incluir a los niños y jóvenes a los que con un enfoque erróneo de la enseñanza de la natación se les enseñan a hacer largos y/o ejercicios con o sin aparatos o series a ritmos altos sin la adecuada orientación técnica, lo que les hace aburrirse y desaprovechar su gran capacidad de aprendizaje a esas edades tempranas.

Los nadadores que disfrutan

Pero hay un grupo de nadadores que disfrutan y conciben este deporte como una fuente de disfrute en lugar de una fuente de preocupación.

Son nadadores que entrenan inteligentemente dando la importancia a la técnica de natación que se merece y obtienen mejores resultados con menos esfuerzo físico, con intensidad pero sin sufrimiento.

Lo habitual es que no sacrifiquen en ningún momento su técnica, sino que por el contrario reduzcan su esfuerzo si la intensidad de este les hace desvirtuar su estilo.

Estos nadadores también se plantean retos y mejorar sus marcas aunque realmente disfrutan no solamente cuando consiguen su objetivo sino también del camino para alcanzarlo.

La intención de estos nadadores es mejorar día a día y disfrutar de ese proceso de mejora, disfrutar del entrenamiento es primordial para ellos. Cuando se disfruta de la práctica de un deporte es mucho más fácil ser constante, tener motivación, practicarlo más y más y mejorarlo.

Javier Gómez Noya Triatleta español varias veces campeón del mundo reconoció en una entrevista que el triatlón es su Hobby y que disfruta de ello, lo haría aunque no se ganase la vida con ello, y ese es una de las claves de su éxito, del suyo y de cualquiera que se dedique a una actividad que le guste.

¿Cómo empezar a disfrutar de la natación?

Las claves para disfrutar de la natación pasan por cambiar la percepción de lo que es la natación y enfocar su práctica de la manera más adecuada.

Lo primero que hay que hacer es desterrar la idea de que no se puede disfrutar de la natación, abordando la práctica de un deporte tan técnico de la manera adecuada, nuestros cursos de Total Immersion tienen ese objetivo.

También debemos ser ambiciosos, mejorar y marcarnos objetivos pero la obsesión por el resultado no ha de ser tal que nos haga plantearnos erróneamente un sufrimiento innecesario y contraproducente.

No se debe entrenar realizando largos y largos sin haber adquirido cierto nivel técnico, se trata únicamente de disfrutar de nuestros entrenamientos nadando con estilo y de manera eficiente, sabiendo que hay que hacer y tratando de ponerlo en práctica.

Disfrutar de nadar es posible y ya empieza a haber gente que lo consigue, ese es mi objetivo.